Los coches más famosos de la historia nunca pasan de moda. Pasan y pasan las generaciones, pero siempre estarán en el recuerdo de quienes tuvieron el privilegio de vivir sus épocas de auge. Tal es el caso del Aston Martin DB5 (1964). Este coche de tipo gran turismo ha trascendido la fama por ser el vehículo particular de James Bond y de Paul Mc Cartney, después de tantas décadas sigue siendo uno de los vehículos más soñados de las cinco últimas décadas. Es un coche digno de una película de espionaje que hará sentir a quien lo conduzca como un verdadero agente secreto.
Historia
El Aston Martin DB5 (1964) originalmente no había sido creado para participar en las películas de James Bond. Sin embargo fue el coche personal del agente secreto interpretado por Sean Connery en la película Goldfinger y posteriormente participó en las siguientes películas de James Bond. Durante su participación se le fueron haciendo modificaciones y esto afianzó la unión de Aston Martin con EON Productions, la compañía creadora de la saga.
Características
El Aston Martin DB5 (1964) poseía el mismo motor empleado en 1962 en el DB4 Vantage. Este tenía 6 cilindros y 3,7 litros de cilindrada y evolucionó aumentando la cilindrada a 4,0 litros. Además contaba con unos buenos carburadores de la marca Skinnners Union (SU). Gracias a estas mejoras, el motor era capaz de desarrollar 282 CV a 5500 rpm. El DB5 Coupé tenía una velocidad de 145 mph (233 km/h) con una aceleración de 0 a 60 mph (0 a 97 km/h) de 7,1 segundos.
También se le incorporó una caja de cambios ZF de 5 velocidades de mayor fuerza y solidez. Tenía asientos reclinables, doble depósito de combustible, elevalunas eléctricos, llantas cromadas de alambre. Su tapicería era de cuero y estaba equipado con un extintor de incendios. Su carrocería era muy ligera ya que estaba hecha de una aleación de magnesio patentada por la empresa.
Este año, la empresa ha sacado a la venta 25 unidades limitadas por el precio de 4 millones de dólares. Sin embargo no será posible conducirlo en la vía pública por razones de seguridad vial, por lo que solo podrá ser usado como un auto de colección. El dinero recaudado será destinado con fines benéficos.
Indudablemente, es un coche que cualquier buen entendedor del mundo automotriz podría desear tener en su colección para sentirse todo un James Bond del siglo XXI.
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