Es fácil analizar la vida de los demás cuando se contempla con la perspectiva que da el tiempo, cien años después la historia de este turinés que estuvo en el comienzo de casi todo lo que hoy nos resulta familiar en el mundo del motor. Famoso piloto de los tiempos heroicos, aquellos en que era necesaria una buena dosis de arrojo o locura para atreverse a conducir esas bombas rodantes, tuvo al alcance de su mano crear una marca histórica que perdurase hasta nuestros días, oportunidad e iniciativa no le faltaron.
Vivió los más vibrantes inicios del automovilismo clásico, el nacimiento de marcas que hoy aún perduran, un personaje reconocido en su época
Vicencio Lancia compañero de equipo en FIAT y uno de sus mejores amigos, Enzo Ferrari seguidor de su carrera como piloto de carreras, fue uno de sus más afamados seguidores. Nazzaro probó las mieles del éxito en el primer cuarto del siglo XX. Su carrera, truncada por la primera gran guerra, fue brillante y le indujo a desarrollar una marca de automóviles de competición en los tiempos en que tanto Lancia como otros muchos visionarios participaban en la carrera por iniciar una era legendaria.
El comienzo de una leyenda que hoy no se recuerda como se merece
Felice Nazzaro nace en Turín en 1881 y comienza su relación con el mundo del motor trabajando en el taller de los hermanos Ceriano (que sería el precursor de la posteriormente denominada «Societa Anónima Fabbrica Italiana Automobili Torino» (FIAT)). Antes de los veinte años empieza a competir con el novísimo equipo deportivo de FIAT. En 1900 participa en su primera carrera llegando entre los cuatro de cabeza. Un año después, 1901, gana su primera gran prueba, el Giro de Italia con un FIAT de 6 caballos.
Y es que Nazzaro apuntaba maneras, su estilo de gentleman, su habilidad mecánica y don de gentes, por no mencionar sus magníficos recursos de conductor, hicieron de él un hombre imprescindible para los primeros años de FIAT y para el, entonces, naciente mundo de la competición automovilística deportiva. 1907 fue su mejor año ganando tres de las principales carreras mundiales, la Targa Florio, la Kaiserpreis en Alemania y el segundo Grand Prix francés.
Alentado por el ejemplo de sus colegas y por su creciente fama se decide a crear su propia fábrica de coches de carreras la «Nazzaro & C. Fabbrica de Automobili» que no tendría demasiado éxito comercial sí lo tendrían los modelos que creó. La fábrica nace en 1911 y se cierra en 1915 con el inicio de la primera Guerra Mundial, durante estos años fabrica 230 chasis y 50 vehículos industriales.
Coches muy cotizados en el mercado dada la escasez de su producción y las aun más escasas unidades que han sobrevivido
Sus coches eran muy potentes, para la época, con motores que hoy nos parecerían desproporcionados, rondaban los 4.000 cc., para la potencia que ofrecían. Sus éxitos comerciales, sin embargo, no fueron capaces de aproximarse a sus éxitos deportivos y en 1919 tras el intento de relanzar su empresa, esta vez en Florencia, desiste definitivamente de sus iniciativas empresariales y se aproxima de nuevo a FIAT que volvería a ser su casa hasta el final de sus días. Murió en su ciudad natal en 1940 a la edad de 59 años.
Este hombre estuvo al alcance de conseguir perpetuar su nombre, tuvo las mismas oportunidades, los mismos contactos, estuvo exactamente en los lugares que debía y, sin embargo, su historia, que no fue de fracaso sino todo lo contrario, no llegó hasta donde podría haber llegado. ¿Fracasó?, no podemos afirmarlo. Cada vida, cada camino tiene sus propias luces y sombras, sus propios éxitos la vida de Felice fue plena y rica en experiencias (fue, en su tiempo, un personaje comparable a nuestro Fernando Alonso), aunque se quedó a las puertas de algo más grande, mucho más grande, si nos fijamos en cualquiera de sus más conocidos compañeros.
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