Hoy vamos a hablar de una empresa argentina que se está haciendo un hueco entre los aficionados a los clásicos de todo el mundo. La empresa se creó como un taller de restauración, ante la grave carencia de piezas y la dificultad para importarlas de otros países decidieron fabricarlas ellos mismos, ahí empezó su historia. Crean réplicas de clásicos empleando los mismos materiales y sistemas de fabricación utilizados originalmente, por lo que el producto final más que una réplica es una recreación, una versión idéntica a las originales.
Auténticos artesanos ofrecen modelos clásicos, como nuevos
Pur Sang (pura sangre en francés) se encuentra en la ciudad de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, República Argentina. La fábrica está ubicada en una hacienda que fue antes la residencia del gobernador de la provincia, presumen de fabricar todas las piezas que componen sus coches dentro del amplio recinto donde se ubican sus talleres. El origen de todo esto es un emprendedor llamado Leónidas Jorge Anadón que en los años 80 del siglo pasado crea la empresa movido por su amor al motor clásico.
La historia de este taller excepcional se basa en la oportunidad y el acierto
Desde el principio tuvieron que recurrir al «hágaselo usted mismo» para poder disponer de muchas de las piezas de recambio que necesitaban. En esas estaban cuando Anadón decidió fabricar piezas para los propietarios de coches Bugatti a nivel mundial, él había padecido la escasez o inexistencia de las mismas, ahí detectó un nicho de negocio. En ese tiempo cayó en sus manos un Tipo 35, el más exitoso modelo de competición que tuvo Bugatti (ganó más de 1.000 carreras, dando una media de 14 victorias por semana), durante cinco años lo desmontó y estudió para poder producirlo de forma artesanal.
El Bugatti Tipo 35 que fabrica Pur Sang sólo hace un par de concesiones a la «modernidad» lleva instalado un ventilador en el radiador y las ruedas (las cubiertas, pero no las llantas que también son fabricadas artesanalmente) son de formato actual, el resto de piezas, estructura y acabados son acorde a la época en que se fabricaba allá por las décadas de los años 20 y 30 del siglo pasado, moldes de arena y coladas de aluminio son el día a día en los talleres de este atelier.
El modelo es todo un éxito que se vende al módico precio de unos 250.000€
Tenemos que pensar que esos mismos coches, en sus versiones originales, cotizan en el mercado en cifras que no bajan de los siete dígitos, por supuesto los que hoy presentamos aquí no son tan antiguos (¿auténticos?), pero son tan fieles al original que podrían considerarse sacados de una máquina del tiempo. Además, cuentan con algunos clientes que se han dedicado a cantar a los cuatro vientos la calidad del trabajo de esta fábrica argentina como es el caso de Jay Leno, famoso presentador televisivo americano y aficionado a los clásicos.
En la fábrica producen ya hasta 30 modelos distintos entre Bugattis, Mercedes o Alfa Romeos clásicos, todos previo pedido y pago adelantado. Pese a haber ampliado el abanico de oferta el líder de ventas sigue siendo el Tipo 35. Han regularizado sus plazos de producción a dos meses, parece que tuvieron que contratar al señor que aparece en el vídeo de más arriba, John Bothwell, es su nombre, como jefe de ventas para que pusiera orden en una empresa que estaba creciendo demasiado rápido y se estaba yendo a unos plazos de entrega excesivos. La solución ha pasado por ampliar plantilla, son ya más de 100 personas trabajando en la empresa, aunque confiesan que no producen más de 30 unidades al año.
Se puede contactar con ellos en su web argentina, bastante escueta aunque al menos dejan un email de contacto. Existe otra página en construcción para su delegación en EEUU donde tampoco aparece mucha más información.