Hablábamos recientemente de Harley Earl, de su impresionante creatividad a bordo de la General Motors y de como sus innovaciones e ideas influyeron de forma decisiva sobre la poderosa industria del motor del Siglo XX en los EEUU. Sabemos que las palabras pueden ser más o menos útiles para describir los hechos, las imágenes, sin embargo, son imbatibles, por eso mostramos hoy aquí uno de los primeros trabajos de este genio tras su llegada a GM.
Clara muestra del genio de un creador excepcional
El Buick Y-job fue un diseño de Harley Earl con unas especificaciones técnicas que podían ser consideradas casi mágicas allá en 1938, año en que fue presentado. Con faros escamoteables motorizados, un capó adornado con una mirilla de rifle, ventanillas eléctricas, paragolpes envolventes, techo descapotable totalmente mecanizado, manillas de puertas enrasadas y detalles de diseño que Buick usó hasta bien entrados los años 50 así como una rejilla frontal que aún usan hoy en día los modelos de la marca.
¿Por qué este esfuerzo para un coche que ni siquiera va entrar en producción?
Esa era la gran pregunta entre los responsables de ingeniería e incluso de ventas de la compañía. Fue el tesón de Earl, su impulso y su intuición, al saber prever el fuerte empuje que tendría este innovador proyecto para la marca, los que consiguieron sacar adelante el proyecto y que este fuera un rotundo éxito.
Un vídeo conmemorativo sobre el Y-Job recientemente lanzado por General Motors con motivo del reciente aniversario del Centro de Diseño creado por Earl.
Con la creación de este modelo, como un concepto (tal como su denominación genérica indica, coche concepto o «concept car» su nombre en inglés) se pretendía mostrar al gran público la potencia técnica y de diseño que tenía Buick, en un claro intento de acrecentar la imagen de la compañía y mostrar por dónde iría el futuro del automóvil según los altos estándares de calidad y confort que Buick quería transmitir a sus usuarios. Esta idea que hoy en día nos parece absolutamente obvia fue totalmente disruptiva, revolucionaria, en el momento en que fue presentada.
El coche clásico sería conducido por el propio Earl hasta el año 1951, posteriormente sería restaurado en el Museo Hery Ford hasta que fue devuelto al Centro de Diseño de GM. Aún hoy en día es posible verlo en algunos eventos relativos a la historia del motor en los EEUU, plenamente operativo.