El fallo del Tribunal Administrativo Federal (es el Tribunal Contencioso-Administrativo alemán) da carta de validez a las sentencias dictadas por tribunales locales de las ciudades de Stuttgart y Duseldorf, que autorizan la prohibición para circular a los modelos más contaminantes que habían decretado los Ayuntamientos de ambas ciudades. La norma no solo prohíbe la circulación a los vehículos diésel más contaminantes (aunque sí principalmente) sino también a vehículos con motor de gasolina especialmente antiguos y por tanto menos limpios.
Una sentencia abre la puerta a la desaparición de este tipo de motores
En una sentencia que puede afectar a millones de vehículos, de particulares y empresas por todo el país, los jueces del alto tribunal reconocen el derecho a los responsables de esas dos ciudades a vetar el paso de vehículos contaminantes a sus centros urbanos. Estos mismos jueces, conscientes de la honda repercusión que el respaldo de esta norma puede tener sobre la economía y la vida de millones de personas, piden proporcionalidad en las medidas a adoptar. La limitación no afectará a los diésel más recientes, aquellos que cumplan con el estándar Euro-6, que data de 2015.
Incluso la canciller Angela Merkell
Ha intervenido en la cuestión, recordemos que la industria del automóvil es una de las más importantes de Alemania, dando empleo a más de 800.000 personas y con un volumen de facturación de más de 450.000 millones de euros, quitando hierro al asunto. Merkell señaló que «la sentencia solo afecta a las ciudades citadas donde será necesario seguir negociando», y sigue, «pero la sentencia no afecta a todo el país, ni a los propietarios de automóviles en el país».
Todo el asunto arranca por una denuncia presentada por el presidente de la organización ecologista alemana DUH (Deutsche Umwelthilfe), Jürgen Resch, que como si de un David bíblico se tratase inició una cruzada contra la muy poderosa industria alemana presentando ante un tribunal de Stuttgart una solicitud para prohibir la circulación de coches diésel en la ciudad. Stuttgart al igual que Dusseldorf sufren de altos niveles de polución y se encuentran en mitad de procesos de mejora de la calidad del aire.
Entre tanto, atentos, el Gobierno federal alemán está considerando la puesta en marcha de sistemas de transporte gratuito en distintas ciudades para atraer a los conductores y motivarlos a dejar el coche en casa, medida que ayudaría a bajar los índices de contaminación. En Alemania más de 70 ciudades superan los límites de óxido de nitrógeno (40 microgramos por metro cúbico de aire) que la autoridad europea fija como tope.
Un país donde apuntan las posibles normas que se apliquen en un futuro en otras zonas de Europa. Alemania pionera en el desarrollo normativo, en el respaldo judicial también, parece, sin embargo, consciente de las gravísimas consecuencias que una actitud poco meditada puede tener no sólo sobre los ciudadanos sino sobre el total de la economía de esa nación. Desde la misma sentencia, los jueces piden proporcionalidad y períodos transitorios, pasando por el gobierno nacional, que estudia soluciones alternativas, y hasta la canciller parecen implicarse en el asunto. Esperemos que esas actitudes sean también imitadas, y no solo las relativas a las normas de restrictivas, desde los responsables políticos de las instituciones de nuestro país.
Confiamos en el futuro de los coches clásicos, vamos a defenderlos!