La publicidad del automóvil a evolucionado al mismo tiempo que lo han hecho los propios vehículos, la tecnología y, sobre todo, el mensaje que se le ofrece al conductor para convencerlo de adquirir un coche en lugar de otro han ido cambiando con el tiempo. Lógicamente el actual es un mercado mucho más maduro que aquél de principios los 70 del siglo pasado en el que modelos como el SEAT-FIAT 127 o el 124 estaban en pleno esplendor, por eso al ver los anuncios que hoy vamos a mostrar nos puedan sonar inocentes pero hay algo que debemos reconocerles, son realmente vibrantes y captan toda nuestra atención.
El FIAT – SEAT 127 un coche para la guerra
Empezamos con un anuncio de 1971 del FIAT 127 donde nos muestran la gran habilidad de un conductor que se juega la vida para su realización. Se trata nada más y nada menos que de Rémy Julienne, famoso conductor especialista y doble de cine para escenas relacionadas con los coches (participó en muchas películas entre ellas casi todas las del agente 007 de finales de siglo) y que en este anuncio nos deleita con su arte al volante. Un minuto de acción y riesgos intensos para vendernos un utilitario, un coche orientado a la tranquila conducción urbana, una contradicción que destila atrevimiento e ingenio.
Ahora veamos un anuncio del SEAT 127, es del año 1977 y no se queda atrás si lo comparamos con el de su primo FIAT, pero en este caso el mensaje es realmente simpático, siguiendo con la línea de ofrecer vehículos teóricamente aburridos con una perspectiva divertida, nos presentan el 127 «para la guerra de todos los días», y nada mejor que ilustrarlo con un toque Hollywoodense.
Inopinado todoterreno, el FIAT 124
Para terminar vamos con un anuncio del FIAT 124 del año 1973, una vez más vemos a Rémy Julienne en acción, un tipo duro conduciendo por túneles, tejados, escaleras infinitas y hasta en los muelles de un desconocido puerto siendo capaz, incluso, de alcanzar la cubierta de un barco en movimiento que se aleja del embarcadero, mientras es perseguido por un 1500. Genial metraje, lástima que solo dure esos 60 segundos. Realmente a la vista de las imágenes nadie podría dudar, algo que nuestra experiencia puede corroborar después del tiempo transcurrido, de la dureza y aguante de ese coche que siempre estaba a la altura de las circunstancias, hasta en las ocasiones más duras.
Como se suele decir ahora, vemos lo bien que han envejecido estos anuncios y lo mucho que nos siguen gustando los coches que en ellos aparecen. Da que pensar en cómo veremos coches y publicidad actuales dentro de, digamos, otros 35 años. Tal vez en esa época el coche a motor sea un aparato que solo podrá verse en museos o en manos de unos pocos privilegiados, esperemos poder contarnos entre ellos. Aunque debo de confesar que, con seguridad, preferiré ser un mero espectador vivo a un propietario recordado.
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