Uno de los deportivos más icónicos del mercado americano, desde que saliera de las mesas de diseño tutelado por el mismísimo Carroll Shelby, padre del AC Cobra y, en teoría, modelo sobre el que se inspiraron para el desarrollo del Viper. No obstante las comparaciones pueden ser desafortunadas dado el mayor peso y dimensiones del modelo de Dodge en relación con el Cobra. De todas formas nadie puede poner en duda que la «víbora» (pues esa es la traducción al español de la palabra inglesa viper) ha sido, durante los más de veinticinco años que ha estado en producción, un icono de los superdeportivos al estilo americano.
Fue en Agosto de 2017 cuando el último Dodge Viper salía de las instalaciones de la marca en Detroit
Ahora, en un vídeo veremos la evolución que a lo largo de su historia ha tenidos este coche fantástico, un modelo que fue presentado en el Salón de Detroit en el año 1992, con una carrocería de fibra, chasis de acero y motor V10 de 7,9 litros, denominado RT10 que ofrecía la nada despreciable potencia de 400 CV. Son sólo 6 minutos de metraje para resumir esos 25 años de historia. Una historia difícil, desde su lanzamiento pesó sobre él la amenaza de descontinuar su producción, nunca fue un coche con un volumen de ventas alto (por precio y características no era un coche par alas masas), y los requisitos de homologación necesarios para poder seguir comercializándose en los últimos años obligaban a un rediseño que FCA no estaba dispuesta a asumir.
Un deportivo hecho para unos pocos
El carácter de súperdeportivo del Viper siempre lo hizo un coche admirado y deseado por todos aunque solo estaba al alcance de muy pocos. Tampoco los argumentos de aquel primer Dodge Viper de 1992 eran para corazones sensibles, no tenía tiradores en las puertas (había que abrir con los tiradores interiores), no tenía techo ni ventanas, aunque cediendo a la lógica fabricaron una capota de tela para cubrirlo. A partir de ahí el coche fue variando y modificándose para actualizar sus características con innovaciones acorde a lo que el mercado demandaba.
La historia de su evolución técnica la podemos contemplar en el vídeo adjunto, pero la sensación de conducir una bestia como esta no es algo que podamos experimentar por terceros, debe ser una maravilla poder sentarse y tomar el control (intentarlo al menos, cosa que con ese motor no debe ser tarea fácil) y recorrer millas sin límite por esas carreteras interminables, por esos fantásticos espacios abiertos que caracterizan la tierra donde nació esta serpiente maravillosa.
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