George Baldwin Selden casi lo consigue, tuvo la oportunidad, la inteligencia y el acierto de patentar una idea en el momento exacto de su nacimiento, desafortunadamente (para él) no pudo prever ni la gran amplitud que el nuevo concepto conllevaba ni las fuerzas titánicas que se le iban a oponer. Y es que hay personas que se encuentran el sitio exacto en el momento oportuno y se dan cuenta de ello, no es muy usual, (o sí eso no podemos saberlo pues las oportunidades desapercibidas se pierden para siempre). En este caso Mr. Selden se encontró frente a una idea que le fascinó, era ingeniero por vocación y abogado por obligación. Nacido en 1846 en el Nueva York convulso de los años previos a la Guerra Civil Americana, de hecho sirvió en ella, empezó a estudiar derecho por imposición paterna, su padre era un famoso abogado de la ciudad, aunque sus deseos eran otros. Tras el paréntesis de su servicio militar acabó la carrera y empezó a trabajar con su padre aunque su gusto por la mecánica nunca le abandonó.
Genial jugada de un abogado de patentes neoyorquino
Fue durante la celebración de la Exposición del Centenario celebrada en Filadelfia en 1876, donde pudo ver el gigantesco prototipo de la «máquina de combustión interna» inventada por George Brayton que Selden empezó a trabajar sobre una versión de la misma mucho más pequeña y ligera, parece que lo consiguió en 1878 casi ocho años antes de que Benz presentara la patente de su Motorwagen en 1885. Selden desarrolló no solo el motor sino también un cigüeñal con la ayuda de Frank H. Clement y William Gomm. El 8 de mayo de 1879 presentó una patente donde además de describir un motor de combustión interna también presenta su aplicación en un vehículo de cuatro ruedas. Y aquí se empiezan a ver las habilidosas estrategias de este abogado especializado en patentes, consigue dilatar la obtención definitiva de la patente durante 16 años introduciendo en la misma sucesivas modificaciones, más tarde entenderemos porqué, la patente definitiva se la conceden el 5 de noviembre de 1895. Curiosamente
Consiguió un derecho sobre todos los coches fabricados en los EEUU
Consciente de que la industria del automóvil aún estaba en pañales Selden alargó cuanto pudo la obtención de su patente pues la concesión, según la normativa entonces vigente, le daba una vigencia de 16 años. Así nos encontramos con una industria aún en pañales y un señor que nunca había fabricado un solo vehículo pero que era propietario y acreedor legal de un derecho de licencia sobre todos los coches que fueran fabricados en los Estado Unidos. Su primera concesión fue a la EVC (Electric Vehicle Company) que se comprometía a abonar 15 dólares por cada coche que vendiera con un mínimo anual de 5.000 dólares. Posteriormente conseguiría un acuerdo con la Asociación de Fabricantes de Automóviles (asociación creada exprofeso para lidiar con el ínclito Mr. Selden y sus exigencias económicas) para recibir un 0.75% de cada coche que saliera de las fábricas de sus miembros, entre los que se encontraban fabricantes como Packard, Cadillac o Studebaker, entre otros muchos.
Hery Ford se le opuso desde el principio
Los coches que cumplían con la obligación de pago lucían una placa de bronce donde se citaba que estaban fabricados bajo la licencia de la Patente Selden, no obstante Henry Ford decidió no aceptar el pago de la misma, al poco tiempo otros cuatro fabricantes siguieron sus pasos. La batalla legal estaba servida, fueron 8 años y 14000 folios de sumario. En un primer momento Selden consiguió la victoria pues el juez reconoció que su patente cubría cualquier vehículo impulsado por un motor que funcionase impulsado por el vapor de la gasolina. Henry Ford apeló, tras depositar una fianza de 350.000 dólares, argumentando que sus motores se basaban en el motor de cuatro tiempos Otto y no en el dos tiempos de Brayton, los jueces terminaron dándole la razón.
Selden mientras tanto había lanzado su propia fábrica de automóviles, la Selden Motor Vehicle Company. Tras la pérdida de ingresos por la derrota en los tribunales, derrota que llegó solo un año antes de que caducara la patente, Selden siguió adelante con su fábrica, sobreviviría hasta 1930 como constructor de camiones cuando sería adquirida por la Bethelem Motor Truck Corporation. Selden había muerto pocos años antes, en 1921, durante el tiempo que estuvo en vigor su patente llegó a recibir varios cientos de miles de dólares (de aquellos tiempos) en concepto de royalties.
Con nuestros seguros de coches clásicos no hay historias, nuestras normas, calidad y claridad.