Una fantástica trama de ladrones de altos vuelos, intermediarios sombríos y una persecución de más de veinte años desde que este coche, que hizo su primera aparición en 1964 en la película Goldfinger de James Bond, fuera robado en 1997 de un aeropuerto en Florida. El gran temor que, hasta hoy, pesaba sobre este coche es que se hubiera perdido para siempre. Durante años la búsqueda del coche usado por Sean Connery en su papel del agente 007, el espía con licencia para matar, había resultado infructuosa.
Como salido de la misma pluma de Ian Fleming
La esperanza sobre su recuperación renació hace poco cuando se recibió un soplo sobre la posible ubicación del ínclito Aston Martin. El lugar, a la altura de tan cinematográfico vehículo, no podía ser otro que el Medio Oriente. La empresa contratada para llevar a cabo las oportunas pesquisas es ARI acrónimo de Art Recovery International (Recuperación de Arte Internacional) -que nombre tan peliculero ¿no?-, el contratante es una aseguradora cuya denominación no ha trascendido. Pues bien, los de ARI aseguran que el coche está escondido en una localidad concreta de la zona. Una cifra con seis dígitos representa la cantidad que se está ofreciendo como recompensa por facilitar información que conduzca a la recuperación del coche.
Christopher Marinello, gerente de la firma de detectives afirma que el soplo recibido es muy preciso, pero antes de emprender ninguna acción están contactando con aficionados y mecánicos de la zona corriendo la voz de que están comprometidos con la recuperación del coche. Lógicamente la gente de Ari es consciente de la posibilidad de que el coche sea uno similar y no el original utilizado en la realización del film. Es por esto que su primer objetivo es conseguir una foto del número de chasis para ver si coincide con los guarismos correctos, dp/216/1.
Un DB5 único y muy valioso
El coche ahora desaparecido es uno de los dos que se usaron en la grabación de Goldfinger, el precio de este Aston Martin DB5 en concreto puede alcanzar un valor de entre 8 y 11 millones de euros, según las estimaciones de algunas casas de subastas, dado su icónico estatus. Diseñado por Carrozzeria Touring Superleggera el DB5 llegó a ser considerado como el coche más famoso del mundo tras el estreno de la película. Su último propietario pagó por él 250.000$ en una subasta en 1986, fue en junio de 1997 cuando los ladrones consiguieron burlar todas las medidas de seguridad del hangar del aeropuerto de Boca Ratón, Florida, donde era custodiado.
En un tiempo donde los efectos especiales eran reales, (entonces la realidad virtual era ciencia ficción), el coche había sido adaptado con un montón de gatchets para la película, desde cuchillas en las ruedas, pistolas que salían del chasis, hasta bombas que liberaban, humo, agua o aceite dependiendo del guión. Toda esta cacharrería hacía el coche muy pesado, tanto que cuando los ladrones se lo llevaron del hangar tuvieron que arrastrarlo por sus ejes dejando las marcas de las ruedas hasta el lugar donde se supone que fue metido en un avión de carga. La investigación policial no condujo a ninguna conclusión clara lo que dio pie a las especulaciones más variopintas sobre el destino del Aston Martin.