Volvemos hoy a referirnos a una concentración de clásicos diferente a las que estamos acostumbrados a ver en nuestro país, el entorno, los organizadores y, principalmente, los vehículos expuestos, se merecen una reseña aquí en nuestro blog de seguros de coches clásicos.
La celebración, el último fin de semana de mayo, como cada año desde 1999, del gran Concorso d´Eleganza Villa d´Este es uno de esos acontecimientos que para los aficionados de todo el mundo supone un antes y un después.
Concurso de Elgancia en Villa d´Este
Varias son las razones que han hecho que un evento, que se llevó a cabo por primera vez el 1 de Setiembre de 1929 (dos meses antes del Crash bursátil de Wall Street), haya alcanzado tal importancia y peso en el circuito de las celebraciones de este tipo. En primer lugar la cercanía al bellísimo Lago di Como, en segundo los lugares donde se celebra, las Villas d´Este y Erba, además del patrocinio (tal vez dirección), desde el renacimiento del evento en 1999, del Grupo BMW, Mini, Rolls-Royce, pero, realmente, lo que ha sido el detonante de su fama y prestigio es la calidad de los vehículos que cada año se reúnen en este certamen.
Durante los días de celebración del concurso pueden contemplarse no sólo vehículos clásicos sino también, en claro contraste, los más innovadores concept-cars de prestigiosas marcas, mostrando al mismo tiempo los más bellos representantes de la historia del automóvil y los más agresivos y atrevidos vehículos que los ingenieros se atreven a desarrollar hoy en día.
Entre los participantes de este año se encontraban varias unidades de la española Pegaso, siendo elegido el modelo Cúpula de 1952 como ganador (por votación popular) del premio que otorgan los más jóvenes entre los asistentes al Concorso. El ganador absoluto ha sido el Ferrari 166 MM Barchetta y, entre los prototipos, el Bentley EXP 10 Speed Six, todos ellos en imágenes que acompañan al artículo.
Desde nuestro blog de seguros de motos clásicas deciros que una vez más la vida que acompaña a este maravilloso mundo del motor clásico, y no tan clásico, no deja de ofrecernos belleza y creatividad a raudales, elementos ambos que inundan el corazón del ser humano y lo impulsa hacia adelante en su constante lucha por la subsistencia.