Innovar, aportar nuevas soluciones a viejos problemas, dar un enfoque distinto al paradigma aceptado por la mayoría o dejar todo como estaba, aparentemente, para dotarlo de un nuevo corazón, una nueva vida. Somos unos enamorados, aquí en nuestro blog de seguros del coches clásicos, en todas sus facetas. Y a pesar de ello nos ha encantado la propuesta que desde allende los mares nos hace un atrevido innovador, un pecador contra los cánones del purismo clásico, veamos.
Icon Hand Made
El nombre de este emprendedor es Jonathan Ward, es propietario de la firma Icon ubicada en la ciudad de Los Ángeles, y se dedica a la producción de vehículos clasicos actualizados, cualquier vehículo que se nos ocurra solicitar, y estemos dispuestos a pagar (avisan en su web que sus proyectos no son baratos, van desde los 60.000 hasta más de un millón y medio de dólares…). Como siempre hemos optado por echar un vistazo a su obra sin pararnos a pensar en el crematístico, y siempre comprometido, aspecto financiero del asunto.
La inauguración en 1996 de un centro de servicios integrales, reparación, mantenimiento y restauración, dedicado a los Toyota Land Cruiser por parte de Jonathan y su mujer, es el inicio de esta historia. Dado su buen hacer la marca lo contrata como consultor externo recibiendo el encargo de customizar algunos modelos para eventos especiales. Tanto es su éxito que el mismísmo Sr. Toyoda, a la sazón propietario de Toyota, le encarga la realización de tres prototipos completamente operativos que terminan siendo la idea germinal del modelo Toyota FJ Cruiser.
Es sobre la base de los prototipos del FJ que realiza más modelos fabricados a mano y de forma exclusiva con la misma filosofía de 4×4 retro. Y en un momento determinado decide unir los restos de un ruinoso Chirstler wagon y un De Soto de 1951 del que se enamoró por su frontal. A este «Frankenstein» al que respetando su aspecto exterior ruinoso, de hecho en inglés denominan Delerict (arruinado, decrépito en español), se le rejuvenece en su interior con un potente motor, un chasis moderno, frenos y depósito totalmente actuales. En realidad Jonathan se fabricó un clásico que pudiera usar todos los días en sus idas y venidas por las «highways» californianas.
Comenzó como un experimento
Lo que comenzó como un experimento para uso particular se convirtió en un icono premiado en multitud de ocasiones, portada en más de 20 revistas diferentes de todo el mundo, (es el vehículo que aparece en la portada del artículo), dio lugar a toda un nueva línea de negocio para su empresa, como el Buick Road Master del 50 que encabeza el artículo.
Se trata de supuestos clásicos según su aspecto ajado y lleno de orín que conservan en su exterior, pero con un corazón de verdadera actualidad, motores V8 de inyección, y con todos los adelantos de los vehículos actuales desde climatización a equipos de alta fidelidad y frenos de disco de última generación. Bajo este párrafo motor del Lincoln del 46 que podemos contemplar justo encima.
Sabemos que es pecar contra la pureza clásica que exige, y pensamos que así debe ser, respetar las características originales de los modelos restaurados, para, tras un trabajo de rejuvenecimiento, dejarlos como eran cuando fueron fabricados.
Pero también nos parecen bien que algunos artistas algo «chalados» y con altas dosis de creatividad nos ofrezcan la oportunidad de disfrutar, aunque para algunos solo sea con el sencillo placer de la mirada, de esas bellezas que también, creemos, tienen derecho a existir en este fastuoso y siempre variado mundo del motor clásico.