¿Conoces la historia de el Renault Alpine A108 en España? Fue un bello coche dotado de recursos e imagen avanzados para su época que pagó el pecado de su temprano nacimiento y su altísimo precio.
Nacemos, vivimos y morimos en el tiempo que nos toca, no lo elegimos, simplemente el azar, o la fortuna, hace que aparezcamos en un momento determinado. Curiosamente cuando echamos la vista atrás y analizamos nuestra trayectoria vital pensamos que tal vez en un período diferente de la historia hubiéramos encajado mejor. Esta idea que aparece de vez en cuando, principalmente en los espíritus más creativos, podemos aplicarla también a nuestros amados cacharros, sino que se lo digan al modelo del que hablaremos hoy en nuestro blog de seguros para clásicos, un afortunado al que se le va a conceder una segunda oportunidad para redimir su alma.
Renault Alpine A108
Corría el año 1963 cuando en las instalaciones de Fasa Renault, en Valladolid, empiezan a fabricarse dos modelos que tendrían desarrollos diametralmente distintos. El Renault 4L y el Alpine A108, uno llegaría a convertirse en un hito del mundo del motor, con millones de unidades producidas mientras que el otro, siendo un bello ejemplar dotado de recursos e imagen avanzados para su época, pagó el pecado de su temprano nacimiento y su altísimo precio, todo hay que decirlo.
En aquellos años la economía española, el mercado potencial de clientes dispuestos a adquirir un automóvil, no estaba para muchas exquisiteces. Tener la capacidad de hacerse con un utilitario era algo a lo que sólo podían aspirar algunos privilegiados, no hablemos ya de un vehículo deportivo de lujo. El hecho de que el Alpine sólo estuviera al alcance de unos pocos no resta un ápice de interés a este bello e interesante vehículo.
La fabricación del mismo empezó en España, como decíamos en 1963, en el preciso momento en que en Alpine Francia estaban presentando la siguiente versión, el nuevo A110. La situación de la empresa FASA, en aquella época su independencia de Renault aún era un hecho, le permitió negociar directamente con la central de la casa Alpine en Dieppe. Dados los limitados recursos que la industria automotriz tenía en aquellos años, el Alpine A108 español era diferente del francés en muchos detalles al tener que emplear piezas disponibles en el mercado nacional, de menor calidad que las originales empleadas en el modelo fabricado en el país galo. A pesar de esto los modelos fabricados en España podían mirar a los ojos a cualquiera de los originales, una muestra más de la inteligencia y habilidad para buscar soluciones ingeniosas de que hicieron gala nuestros compatriotas en aquellos años de escasez.
El Renault Alpine A108 Se fabricó en dos versiones, berlinetta y cabrio
Ambas tuvieron una difusión limitada dados su precio y, para la versión cabrio, los acuerdos de FASA con la matriz de Renault que les obligaba a primar la venta del Caravelle, un modelo claramente inferior en prestaciones e imagen. Además las primeras versiones del A108 se ganaron la fama de ser difíciles de conducir, por sus fallos mecánicos y problemas en la admisión, por no mencionar sus motores con escasos cubicajes y potencias muy limitadas, los primeros modelos montaban el mismo motor que el Gordini de 37,5 Cv. Poco tiempo después llegaría el A110 con motor del R-8 y un poco más tarde, para 1971 llegaría el A110-1300 con cuatro faros y frenos de disco en todas las ruedas sería el más vendido de todas las versiones españolas.
Hablábamos, al principio, de redención y segundas oportunidades, como la que va a recibir nuestro protagonista. Renault presentará el próximo 16 de febrero un nuevo modelo de Alpine que, según algunas imágenes que ha filtrado la prensa especializada, guarda cierta semejanza con sus orígenes. Esperaremos con curiosidad e interés este renacimiento desde este nuestro blog de seguros para clásicos.
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