No obstante merecen nuestra admiración o, tal vez, nuestra compasión. Son gente con inquietud por alcanzar un sueño que se quedan a mitad de camino. Puede que pierdan la energía o descubran que aquello que representaba su impulso vital ha dejado de serlo. La razón en este caso es fácil de ver, al menos, según nos explica su protagonista, veamos.
Hay personas con ímpetu que no terminan de conseguir sus objetivos
A principio de este año teníamos noticia de que una enorme colección de coches perteneciente Ron Hackenberger iba a ser subastada el próximo mes de Julio en Ohio, se trata de más de 700 coches que este ciudadano americano ha ido acumulando a lo largo de más de 60 años. Confiesa que el fin último de esa actividad era la creación de un museo. Pero más parece un síndrome de Diógenes asociado a las cuatro ruedas que una verdadera pasión por conservar. Basta ver las fotos y el estado lamentable en que algunas de estas piezas se encuentran, olvidadas durante demasiado tiempo al albur de los elementos.
La cueva de Alí Baba de los clásicos
La variedad y el hacinamiento de los distintos coches, véanse las imágenes adjuntas, es lamentable en muchos casos. Algunos de ellos han sido debidamente restaurados y otros se encuentran en distintos grados de reparación, aunque la mayoría no ha recibido la debida atención y, desgraciadamente, no son más que chatarra.
Dicen que la gran mayoría de los coches clásicos son de la marca Studebaker, unos 250, y el resto son de la más diversa variedad imaginable. Desde un Isetta hasta varios Citroen DS o 2CV algún Honda N600s, Subaru y por supuesto coches típicos americanos como Kaisers, Packards o Hudsons, etc…
Según los cálculos Hackenberger compraba, como media, unos diez vehículos al año. Cuando llegó la hora de ponerlos todos a punto par presentarlos se dió cuenta de que el coste era difícil de asumir por lo que los dejó olvidados. Ahora a los 81 años ha decidido encontrar un mejor hogar para ellos, por eso los pone a la venta.
Como vemos un exceso absoluto, una desmesura llena de bellezas. En la galería adjunta solo vemos algunos de los coches y rarezas acumuladas durante la vida de este aficionado. En el enlace a la página de la empresa de subastas podremos ver muchos más vehículos. La única conclusión que podemos sacar es que como todo en la vida el equilibrio es la respuesta a cualquiera de nuestros deseos, el exceso desborda, la escasez nos limita…