Hay personajes imprescindibles en la historia, en la del motor también, que trabajan desde detrás del escenario.
Este diseñador estadounidense, de padres holandeses, debería ser tan famoso como Giugiaro y Bertone por la calidad y cantidad de su producción, pero curiosamente es poco conocido fuera del gremio de los diseñadores de automóviles. Nacido en Detroit en 1934, hijo de un diseñador holandés asentado en los estados unidos y responsable de las bellas líneas del Lincoln Zephyr en 1936, falleció el pasado 1 de Junio en Turín a la edad de 82 años tras luchar contra un cáncer.
La formación universitaria de Stevens Thompson Tjaarda Van Starkenberg era la arquitectura, disciplina que cursaba en Michigan cuando en el año 1958 Luigi Segre, a la sazón jefe de diseñadores del estudio italiano Ghía, se encontraba de visita en la ciudad buscando jóvenes brillantes para contratar. Ahí empieza la carrera de este lúcido creador, su nombre fue propuesto y aceptado por parte de Segre, ese verano de 1958 viajó a Turín para una estancia prevista de seis meses, terminaría viviendo en Italia por el resto de su vida.
Diseños que cinco décadas después aún perduran
Tras dos años de trabajo en Ghia y un fuerte encontronazo con Luigi Segre, Tjaarda se marcha a trabajar con Pininfarina donde tras responsabilizarse del diseño de dos Ferraris, el 330 GT de 1965 y el 365 GT California de 1966, desarrolla una de sus más recordadas creaciones el Fiat 124 Spider de 1965. La gente de FIAT había visto el diseño del conceptcar Corvette Rondine de 1963, obra también de Tjaarda, y había pedido un coche deportivo lo más parecido a este diseño. Una muestra de lo acertado del trabajo de Tom Tjaarda con este FIAT lo demuestra el hecho de que 50 años después el nuevo Fiat 124 Spider recoge muchas de las ideas del diseño original.
Regreso como jefe de departamento
En 1968 vuelve a Ghia como jefe de del departamento de diseño, inmediatamente se dedica al desarrollo del De Tomasso Pantera, y el Longchamp y el Deauville. Pero su trabajo más llamativo de aquella época es el primer Ford Fiesta de 1976 (que ganó entre otras 26 propuestas presentadas a la empresa americana), todo un récord no sólo por lo que llegó a ser su volumen de ventas, sino por que entre la mesa de diseño y el primer prototipo en circulación solo transcurrieron 56 días. Cuenta la historia que el impulsivo Lee Iacocca, responsable de Ford en aquella época, devolvió dos veces el prototipo a Gran Bretaña (donde estaba siendo desarrollado) hasta que consiguió que fuese lo más parecido posible al diseño original de Tjaarda.
Es curioso, según sus propias palabras, a pesar de ser más conocido por el Fiesta, el Pantera o el 124 Spider con el diseño que más disfrutó fue con el La Forza, diseño que realizó mientras trabajaba con Rayton-Fissore entre 1981 y 1983. El modelo fue uno de los pioneros del segmento SUV, más de 6000 serían fabricados desde 1985.
Se ha marchado un grande que, como los mejores sólo brilló donde se debe hacer, en el ámbito del esfuerzo y en su caballeroso estar.
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