Fue en 1972, hace ya 45 años, pero la historia comienza antes, cuando un directivo de la firma Bernard Hanon, director de proyectos y profesor de la Universidad de Nueva York consiguió convencer al entonces director general de Renault Louis Dreyfus que aprueba el lanzamiento del Proyecto 122.
Cuestionado al nacer por ser excesivamente atrevido
Hanon que había trabajado en la filial americana de Renault y al mismo tiempo había sido profesor universitario supo captar los cambios en los gustos y tendencias que se estaban produciendo entre las nuevas generaciones. Fruto de estas observaciones lanzó su propuesta, un nuevo vehículo avanzado e innovador, que trataba de transmitir un sentimiento de libertad. A continuación uno de los primeros anuncios donde es presentado como el «Supercar».
Simplicidad en el diseño, acierto en las líneas
Michel Boué fue el diseñador encargado de desarrollar el nuevo modelo, dicen que sobre una fotografía del R4 fue capaz de dibujar las líneas maestras del R5 en pocos días. A diferencia del R4 la rueda de repuesto se desplaza de la parte posterior del vehículo y se encaja junto al bloque motor, al mismo tiempo éste se acerca al habitáculo de pasajeros lo que permite reducir la longitud, con todo ello se consigue un pequeño utilitario de 3.5 metros, dos puertas, portón trasero y asiento abatible. Pero ahí no queda todo, el R5 es uno de los primero modelos del mercado en montar paragolpes de poliéster, un material que había demostrado que absorber mejor los golpes que sus antecesores metálicos. Las empuñaduras de apertura desaparecen integradas en el perfil de las puertas. Su estructura interna se basaba en el R4, las primeras unidades francesas del Renault 5 vienen con la palanca de marchas en el salpicadero igual que su predecesor, ese sistema no llegaría a España donde la palanca ya se montaría sobre el suelo del vehículo.
Su estética es claramente rompedora para los usos de la época, el que sólo tuviera dos puertas y se ofreciera como coche familiar, hacen del R5 un coche mal recibido por la red comercial, el tiempo vino a confirmar que fue un acierto total, ni tan siquiera Hanon o Dreyfus llegaron a soñar el rotundo impacto que tendría el modelo en el mercado mundial.
Historia de un rotundo éxito, reflejo de una época
El impulso innovador siguió al modelo durante toda su vida, no podemos dejar de mencionar al Renault 5 Turbo, una apuesta de la marca por un tipo de motor que en aquellos años era poco habitual, presentado en Francfurt en 1979 incorporaba otra serie de novedades muy llamativas, motor central trasero, 160 CV de potencia, aluminio en la carrocería y esa trasera sobredimensionada.
El Renault 5 estaría en producción veinte años, entre 1972 y 1992 llegando a fabricarse 5.325.890 unidades. Es la representación de una época que Bernar Hanon, su impulsor, supo interpretar correctamente, años de modernidad y atrevimiento que caracterizaron a eso años postreros del siglo pasado, años de cambios y mejoras sociales que aún hoy nos alcanzan.
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