Se plantean retirar la bonificación de la que actualmente disfrutan los vehículos históricos y aquellos con más de 25 años de antigüedad que los exonera de pagar el Impuesto local sobre Vehículos de Tracción Mecánica. Ha sido la AEA, Automovilistas Europeos Asociados, quien ha destapado el asunto y trata de poner en alerta a todos aquellos que amamos esta afición. En palabras de la propia AEA «se podría producir una pérdida irreparable de una parte importante de nuestro patrimonio histórico».
A sugerencia de la Comisión de expertos designada por el Gobierno para revisar el sistema de financiación local
Es el presidente de esta organización, Mario Arnaldo, quien expresa con total claridad la falta de base de esta propuesta: «el argumento medioambiental utilizado por esta comisión de expertos para justificar la eliminación de esta bonificación no se sostiene, el uso de este tipo de vehículos es residual, tal y como ha declarado el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, y no tiene apenas incidencia ni sobre la recaudación de un ayuntamiento ni sobre la contaminación».
Una bonificación creada con un fin: proteger el Patrimonio
Es en 1988 cuando la Comisión de Educación y Cultura del Congreso de los Diputados aprueba una proposición no de Ley en la que se insta al Gobierno para que protejan y tutelen los automóviles de interés histórico, de acuerdo con las previsiones de la Ley del Patrimonio Histórico Español. No es hasta 1995 que el Gobierno aprueba el Reglamento de Vehículos Históricos, por el que se establece un régimen especial para salvaguardar el carácter representativo e histórico de una época de la producción automovilística, por la importante repercusión tanto económica y cultural que tuvo en la sociedad de su tiempo.
Diez años después de comenzar el proceso, en 1998, las Cortes Generales aprueban la Ley 50/1998 de 30 de diciembre de Medidas Fiscales, Administrativas y de Orden Social, una modificación del art. 96 de la Ley 39/1988, de 28 de diciembre, reguladora de las Haciendas Locales y que permite a los Ayuntamiento establecer una bonificación de hasta el 100% de la cuota del citado impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica para aquellos vehículos que tengan matrícula histórica o cuenten con más de 25 años, adaptando de esta forma nuestra normativa fiscal a la del resto de la UE.
Una propuesta sin fundamento que no beneficia a nadie
No podemos más que estar de acuerdo con las palabras del Sr. Arnaldo, no existen razones de peso que justifiquen esta medida ni por el posible «daño ecológico» al medio ambiente que estos coches clásicos, de uso más que esporádico, puedan producir ni por la magra repercusión económica que para la economía de cualquier ayuntamiento pueda suponer la recaudación (o no) de este impuesto. Siendo, sin embargo, grave, muy grave, la repercusión que en la economía de cualquier aficionado pueda suponer además del desánimo al ver que se grava con impuestos injustos un bien y una labor que debería estar reconocida. La labor de conservación y mantenimiento, que por otra parte todos sabemos no es precisamente barata, de los clásicos que cuidamos y conservamos para la posteridad con todo nuestro cariño.
Hasta ahora no es más que una propuesta, esperemos que la Administración recapacite y vea la obvia inutilidad de la propuesta, pero es otra nube oscura que se suma a las que ya se ven en el horizonte. Recordemos la prevista, e igualmente absurda, prohibición de circular para coches con unos determinados años que algunas importantes ciudades de nuestro país han propuesto. Vemos como, una vez más, el desconocimiento de un sector por parte de las «autoridades competentes», en el que meten en el mismo cajón vehículos viejos, coches y motos clásicos, hace que paguemos justos por pecadores.
Desconocimiento o despotismo, no sabemos los intereses reales que mueven las acciones de los que nos dirigen a quienes parece no importar el daño producido a sus conciudadanos, ciegos a cualquier otra razón que no sea la de su propio interés, partidista o de imagen (basta con mirar al rededor en estos días que nos toca vivir).