El fabricante Mercedes va a presentar una nueva generación del Clase G, g por Geländewagen que es como se dice todoterreno en alemán, uno de sus modelos más longevos, el segundo tras el Unimog, con casi 40 años de historia. Estos días, empezó el pasado 13 de enero, se celebra el Salón de Detroit y Mercedes estará allí presentando su nuevo coche y para ello ha creado un llamativo reclamo, ha introducido un G280 GE de 1979 en un cubo de resina sintética de 5.50 metros de largo y 3.10 de alto. Un mazacote de color ámbar que pesa nada menos que 44.4 toneladas y ha requerido para su producción de casi 90 días de trabajo.
Como si de una historia de Parque Jurásico se tratara
Parece un mosquito atrapado en ámbar al que pudiera extraérsele el ADN y a partir de ahí recuperar, mediante ingeniería genética, una especie desaparecida millones de años en el pasado. No es el caso, pero la imagen es evocadora tanto que Mercedes ha creado un vídeo bastante llamativo al efecto en el que hace una referencia clara a esa famosa película donde los dinosaurios son recreados mediante esa técnica y campan de nuevo sobre la tierra.
La historia del Clase G empieza
Cuando uno de los principales accionistas de la firma por aquellos años, el Sha de Irán, sugirió la conveniencia de producir un robusto vehículo todo terreno con fines militares, en 1979 salía al mercado la versión civil. El modelo ha evolucionado desde entonces desde el punto de vista técnico, pero su imagen lo ha hecho de forma bastante más limitada, siendo muy similar a la de las primeras versiones.
La referencia a los saurios desaparecidos podría resultar una apuesta arriesgada, negativa para sus ventas, aunque hemos de reconocer que esto podría pasarle factura a cualquier otro fabricante con una imagen menos consolidada. Siendo el Clase G un coche de líneas serias, demasiado tal vez, es pese a todo valorado como uno de los mejores todoterreno del mercado.
Tal vez la intención ha sido esa, reconocer que su modelo clásico necesitaba ya una actualización, actuar en consecuencia y parece que por ahí van los tiros según los especialistas, se comenta que tanto imagen como recursos técnicos van a ser claramente mejorados para poner el Clase G a la altura que le corresponde y seguir manteniendo ese alto reconocimiento por parte del mercado.
Ni en nuestros más alocados sueños habíamos supuesto que esta forma de conservación se daría, cuando hablábamos de conservación, de respetar y cuidar el pasado para las generaciones futuras no nos referíamos a esto, los chicos de Mercedes se lo han tomado demasiado en serio. Imaginemos los museos, o nuestras cocheras, llenos de pedazos de resina con coches dentro, sería una conservación extrema, demasiado perfecta. Qué sería de nosotros pobres aficionados deseosos de mancharnos las manos si no pudiéramos trastear más nuestros queridos coches clásicos.