El Ayuntamiento madrileño estudia, en línea con lo propuesto por el Ayuntamiento de Barcelona para fechas de alta contaminación, limitar el acceso de los vehículos más contaminantes al centro de la capital. Los vehículos a los que se les prohibirá circular serán aquellos que carezcan de las etiquetas que la Dirección General de Tráfico ya ha remitido, las B, C, CERO Y ECO.
En un intento por limitar los altos niveles de contaminación
El consistorio contempla dos posibles escenarios, según el nivel de contaminación alcanzado, el denominado 2 será el grado menor y solo limitará el acceso al centro, pero el de grado 3, niveles de contaminación más elevados, prohibirá su circulación por toda la ciudad. Los coches que recibieron estas etiquetas desde la DGT fueron los eléctricos, híbridos, diésel matriculados después de 2006 y los de gasolina cuya fecha de matrícula fuera posterior al año 2000.
Según la información facilitada por el propio ayuntamiento el número de vehículos que se verían afectados por esta nueva normativa alcanzaría al 40% de los vehículos matriculados en la ciudad, sin embargo, hay que reconocer que el parque móvil de la Comunidad de Madrid, de forma conjunta, está menos envejecido que el de la capital, esta limitación solo alcanzaría a uno de cada tres turismos o furgonetas (no se contemplan el resto de vehículos en estos cálculos).
EL aviso llega al mismo tiempo que otro de la UE
El mismo día que el Ayuntamiento de Madrid comunicó la propuesta de medidas llegaba una dura advertencia de la Unión Europea a España (y a otros 8 países miembros) por los altos niveles de contaminación del aire que exceden los niveles máximos aconsejables.
Insistimos en nuestro apoyo a todas aquellas iniciativas que vengan a proteger y cuidar el medio ambiente, somos conscientes de la necesidad de emprender aquellas acciones necesarias que estén encaminadas a mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades. Pero una vez más vemos que el peso de las acciones cae siempre sobre los mismos, no hablamos ya de los clásicos y sus aficionados, sino de las personas que se encuentran con la imposibilidad de renovar su vehículo por otro más actual, por tanto más ecológico, o de prescindir de su uso.
Mirar al futuro es buscar soluciones duraderas
Las acciones válidas, las que de verdad sirven para aupar a una sociedad hacia mejores niveles de calidad de vida no suelen ser rápidas, no son inmediatas, son el resultado de la labor desarrollada durante un largo período de tiempo. Son el resultado del estudio, sereno y con proyección en el tiempo de cambios básicos en los sistemas, en este caso los relacionados con el transporte público, pero también en la mejora del uso de los combustibles fósiles, en la introducción de combustibles menos contaminantes (y esto no solo en los medios de transporte).
Es la hora de que no sean los ayuntamientos los que, como pequeños reinos de taifas, intenten hacer cada uno la «guerra» por su cuenta, sino que de una vez por todas es un compromiso de los partidos políticos y de la sociedad (liderada por estos últimos, alguna vez tendrán que tomar la iniciativa para no ir siempre a rebufo de la realidad social) de emprender una acción seria y unánime para mejorar esta cuestión.
Tal vez esta propuesta sea algo más que una ilusión, el peso que el sector del transporte tiene en el sistema económico es tan grande, su propio peso específico es tan importante, que será inevitable que se emprendan acciones como las que aquí reclamamos, eso acompañado al valor que en se empieza a reconocer a los clásicos en Europa hace que mantengamos una ventana abierta a la esperanza, así sea.
Por los coches clásicos, por nuestra historia, aquí estamos, aportando nuestra parte.