El automovilismo ha visto una serie de vehículos clásicos que han dejado una marca imborrable en la historia de las competiciones. Aquí te presentamos algunos de estos coches clásicos de competición que no solo brillaron en la pista, sino que también han sido parte fundamental de la cultura automovilística.
Todos sabemos la relevancia de Italia en el diseño y producción de coches clásicos de competición a lo largo de la historia. Hoy, en nuestro blog de coches clásicos, vamos a presentar cinco modelos italianos que marcaron la historia y cuyos nombres perduran hoy en día.
Maserati 300S (1955-1958)
El Maserati 300S es un coche clásico de competición que simboliza la velocidad y la elegancia de la década de 1950. Diseñado por Giuseppe “Pinin” Farina, este deportivo ligero contaba con un motor de seis cilindros en línea que producía alrededor de 250 caballos de fuerza, lo que le permitía alcanzar velocidades impresionantes en pista. Fue pionero en el uso de un chasis de tubo de acero ligero, lo que ayudó a reducir el peso del vehículo, e incorporó una suspensión trasera independiente, obteniendo un mejor manejo y estabilidad en carrera.
El 300S tuvo un gran éxito en competiciones internacionales, con victorias en las 24 Horas de Le Mans y el Gran Premio de Nürburgring. Su diseño aerodinámico y su distintiva carrocería abierta no solo lo hicieron destacar en las pistas, sino que también lo convirtieron en un objeto de deseo entre los coleccionistas, siendo uno de los automóviles más bellos y sofisticados de su época.
Alpine A110 (1961 – 1977)
Jean Rédélé, creador de Alpine, decidió construir coches ligeros y ágiles siguiendo su pasión por las carreras, lo que resultó en el Alpine A110. El A110 combinaba un motor y tracción traseros para maximizar su rendimiento en pista y rally. Se lanzó en 1961 y su mayor logro, aunque no el único, fue ganar el Campeonato Mundial de Rally en 1973, consolidándose como un coche formidable en terrenos difíciles y un auténtico icono del rally. Su legado ha perdurado tanto que Alpine reintrodujo un nuevo A110 en 2017, conservando la filosofía del original mientras mejora el rendimiento y el confort en versiones como el A110 Pure y el A110 Légende. Te contamos todo aquí sobre este clásico y el renacer de esta leyenda.
Ferrari 250 GTO (1962-1964)
Este modelo es uno de los coches de carreras más valiosos y reconocidos en la historia del automovilismo. Con un diseño aerodinámico y un potente motor V12, el Ferrari 250 GTO dominó las pistas en la década de 1960, logrando numerosas victorias en competiciones internacionales, como el Campeonato del Mundo de Marcas y la Mille Miglia. Su éxito en carreras emblemáticas como las 24 Horas de Le Mans y el Tour de France Automobiles ha contribuido a su estatus legendario. Hoy en día, es un símbolo de exclusividad y prestigio, siendo uno de los coches más deseados por coleccionistas: su producción limitada (solo 36 unidades), lo han convertido en uno de los coches más codiciados y valiosos del mundo, con precios en subastas que alcanzan cifras récord.
Alfa Romeo Giulia Sprint GTA (1965 – 1971)
El Alfa Romeo Giulia Sprint GTA es un clásico de turismo que combina un diseño ligero y aerodinámico con un potente motor de cuatro cilindros de 1.6 litros, capaz de generar 130 caballos de fuerza. Su chasis de aluminio y su construcción reducida permitieron un peso total de 700-750 kg, lo que lo hacía extremadamente ágil y rápido en pista. Este modelo destacó en competiciones europeas, logrando numerosas victorias en el Campeonato Europeo de Turismo y el Campeonato Italiano de Turismo, lo que consolidó la reputación de Alfa Romeo como fabricante de coches de alto rendimiento. El Alfa Romeo Giulia Sprint GTA representa un hito en la historia de Alfa Romeo y su enfoque hacia el desarrollo de coches deportivos.
Lancia Stratos (1972-1980)
El último de los coches clásicos de competición italianos que traemos es el Lancia Stratos. Conocido por ser el primer vehículo diseñado específicamente para el rally, el Lancia Stratos fue un revolucionario coche de rally de los años 70. Su chasis corto y ágil ofrecía una maniobrabilidad excepcional. Esto, junto a su potente motor Ferrari Dino V6, capaz de generar 240 caballos de fuerza, le permitió dominar el Campeonato Mundial de Rally, logrando tres títulos consecutivos en 1974, 1975 y 1976. Su reinado en el mundo del rally quedó plasmado en los casi 20 títulos que consiguió en apenas 6 años.