Continuamos con nuestra lista de coches clásicos de competición que han marcado la historia del automovilismo. Estos vehículos no solo son admirados por su diseño y potencia, sino también por los logros que alcanzaron en las pistas. Tras compartiros la primera parte, donde nos centramos en los coches clásicos de competición italianos, en esta segunda parte recorremos el resto de Europa, Estados Unidos y Asia, demostrando que la pasión por el automovilismo y la ingeniería no conoce fronteras.
Jaguar E-Type (1961-1975)
Considerado uno de los coches más bellos de todos los tiempos, el E-Type también fue un competidor fuerte en carreras de resistencia. Este deportivo llamó la atención tanto por su potente motor y velocidad como por su elegante diseño. Su participación en competiciones, como en las 24 Horas de Le Mans, ayudó a consolidar la reputación de Jaguar como un fabricante de coches de alto rendimiento.
En un homenaje especial a sus primeras victorias, Jaguar lanzó en 2023 la exclusiva colección E-Type ZP, que incluye vehículos restaurados y personalizados que celebran la historia y el legado del E-Type, inspirados en los modelos que llevaron a la victoria a pilotos legendarios como Graham Hill y Roy Salvadori.
Lotus Elan (1962-1975)
Este pequeño deportivo es famoso por su ligereza y agilidad, lo que le permitió destacar en diversas competiciones. Diseñado por Colin Chapman, el fundador de Lotus, el Elan contaba con un motor de cuatro cilindros y un peso reducido, convirtiéndose en un coche extremadamente rápido en las curvas, ideal para rallys y carreras en pista. A lo largo de su carrera, el Lotus Elan logró numerosos triunfos, incluyendo victorias en el Campeonato Británico de Rally y en eventos de resistencia como el Rally de Montecarlo. Su diseño atractivo, con líneas elegantes y un enfoque innovador en la ingeniería, marcó un hito en el mundo automotriz y ha dejado un legado que aún influye en el diseño y tecnología de los deportivos modernos.
Ford GT40 (1964 – 1969)
El Ford GT40 es famoso por su victoria histórica en las 24 Horas de Le Mans, donde derrotó a Ferrari en 1966 y continuó dominando hasta 1969. Este coche fue un proyecto clave de Ford para demostrar su capacidad en las competiciones internacionales, y su éxito cambió el panorama de las carreras de resistencia. El GT40 marcó un precedente al ser el primer coche americano en ganar Le Mans, y su legado ha sido perpetuado con el lanzamiento de versiones modernas en 2005 y 2017.
Porsche 911 (1964-presente)
Este clásico ha sido un competidor constante en diversas competiciones, desde Le Mans hasta rallys. Desde su lanzamiento, el Porsche 911 ha demostrado su versatilidad, ganando campeonatos en casi todas las categorías en las que ha competido. Su diseño distintivo y su manejo excepcional lo han convertido en un favorito tanto en las pistas como en las calles. Con el tiempo, el 911 ha evolucionado, pero su esencia de competición permanece intacta, convirtiéndolo en un referente en el mundo del automovilismo.
Toyota 2000GT (1967-1970)
El último de los coches clásicos de competición que traemos en este arículo es el Toyota 2000GT. Este modelo está considerado el primer superdeportivo japonés verdadero. El Toyota 2000GT destacó en competiciones de turismo, logrando victorias en eventos como el Tour de France Automobile y el Rally de Montecarlo, lo que le otorgó reconocimiento mundial. Equipado con un motor de seis cilindros y un diseño elegante, el Toyota 2000GT no solo ofrecía un gran rendimiento en la pista, sino que también cautivaba por su estética y tecnología avanzada.
Como curiosidad, este coche clásico fue uno de los primeros automóviles japoneses en aparecer en una película de James Bond («You Only Live Twice» de 1967), lo que ayudó a consolidar su estatus. Hoy en día, el 2000GT es un vehículo muy codiciado en el mercado de clásicos, representando la excelencia de la ingeniería japonesa.